El autor resume su artículo: “En Chile la construcción del repertorio folclórico ha estado cruzada por las disputas en la elección y representación de la tradición. En las primeras décadas del siglo XX, la emergencia de la industria cultural y de un Estado desarrollista que buscó definir la identidad nacional posibilitaron la eclosión de un discurso sobre la chilenidad, articulado en torno a una tradición musical impuesta de acuerdo con criterios selectivos profundamente excluyentes. El sujeto popular quedó ausente de ese discurso de identidad a la vez que la izquierda, el sector político que buscaba ser representante de los intereses de dicho sujeto, construyó su identidad política en torno a la figura del obrero que por los niveles de desarrollo de la industria nacional representaba a un sector muy reducido del mundo popular. Margot Loyola y Violeta Parra, por su énfasis en la recopilación folclórica y su aporte en la creación del género de proyección, engrosaron el repertorio folclórico de Chile, a la par que su compromiso con la autenticidad del mismo generó condiciones para el encuentro entre la música de raíz folclórica y la izquierda del país. En este artículo se presenta y discute la historia de dicho encuentro”.