El artículo alude a la figura de la guitarrera de Quinchamalí y a la historia que esta simboliza. La autora vincula el relato a un episodio de la vida de Violeta Parra: su relación con Gilbert Fevré. Se destaca, asimismo, la relevancia de la práctica tradicional de la alfarería en Quinchamalí para la cultura nacional. En el artículo se señala que una figura de la guitarrera fue otorgada a Andrés Wood a modo de galardón por su película “Violeta se fue a los cielos”.